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Título original: Happy Go Lucky.
Dirección: Mike Leigh.
Producción: Simon Channing Williams.
Elenco: Sally Hawkins, Eddie Marsan, Alexis Zegerman, Sylvestra Le Touzel y Stanley Townsend.
Guión: Mike Leigh.
Dirección de fotografía: Dick Pope.
Música: Gary Yershon.
País: Gran Bretaña.
Año: 2008.
Duración: 117 minutos.
Género: Comedia dramática.
Clasificación: Apta para mayores de 13 años.
Premios: Globo de Oro a la Mejor actriz de comedia/musical 2008 (Sally Hawkins) / Mejor actriz en el Festival de Berlín 2008 (Sally Hawkins).
Puntaje IMDB: 7.1

Sinopsis:
Poppy (Sally Hawkins) es una maestra de primaria, optimista y llena de vida. A pesar de que el mundo sea un lugar áspero, Poppy lo enfrenta con una sonrisa y un mantra personal que intenta transmitir: "Sé feliz". Tras el robo de su bicicleta, Poppy decide dejar las dos ruedas y comprarse un coche. Para eso comenzará a tomar lecciones de conducir. Pero su profesor (Eddie Marsan) es un hombre que es exactamente su cara opuesta.

Dijo el director:

"No es una película únicamente sobre la felicidad, eso es simplista. Hay que darle un título a la película. 'Happy Go Lucky' tiene más que ver con evocar el espíritu de la película, que en ser una descripción exacta de lo que hay en la botella. Es una película sobre el positivismo y hacer frente a la vida de una forma madura, inteligente, enfocada, no tipo mirar de forma despreocupada la parte positiva y ser sólo feliz, como si ella hubiese comido hongos mágicos o fumado mucho". (Extracto de la entrevista de Indiewire).

"Ciertamente es una carta de amor a la juventud y a Poppy. No creo que sea particularmente una carta de amor a Londres. De hecho, me ha irritado que algunos medios internacionales dijeran que era sobre los maestros del norte de Londres. Poppy podría trabajar en cualquier lugar. Diría que es una carta de amor hacia a la vida en la ciudad. Ciertamente es sobre el amor y la amistad. Si funciona para la gente, 'Happy Go Lucky' es una película que gradualmente te hará conocer, entender y gustar de Poppy porque ella es abierta, generosa y comprensiva. Pero también anárquica y graciosa. Inicialmente podría ser percibida como una mujer estrafalaria y chiflada, pero está totalmente centrada". (Extracto de la entrevista de The Guardian).

Dijo la crítica:

"La felicidad trae suerte cuenta unos días en la vida de este personaje inolvidable: en casa, con su amiga entrañable o sus compinches, en la escuela, en un fin de semana familiar, en las reñidas clases sobre el auto-escuela, viviendo un incipiente romance. Sin embargo, aunque no existiría sin Poppy (así como Poppy no existirá sin la prodigiosa comunicatividad de Sally Hawkins), el film es algo más que su retrato: basta atender a todo lo que hay a su alrededor. El famoso método de improvisaciones de Leigh da aquí resultados casi milagrosos: no hay una sola nota falsa en los personajes; todos tienen una historia visible detrás y nada de lo que se dice o se hace -de las escenas más cómicas, como la clase de flamenco; a las más dramáticas, como el tenso desenlace de la relación con el instructor, o las más apacibles y conmovedoras, como el final- es gratuito ni caprichoso". Muy buena (Fernando López, La Nación).

"Tras su estructura de comedia, la película tiene tono agridulce, no siempre redentor, tampoco declamativo. El personaje de Poppy no anda por ahí explicando el sentido de la vida: se limita a enfrentarla en sus costados oscuros, a veces recibiendo reproches o violencia. El Leigh de Secretos y mentiras asoma detrás de la risa. Durante una de las clases de manejo, Scott reniega del estado de cosas y grita que aquel que no acepta las reglas sociales -aquel que se niega a perder su subjetividad- está condenado a la desdicha. Poppy misma, que no le responde con ninguna frase memorable, parece ser la refutación de esa idea". Muy buena. (Miguel Frías, Clarín).

"Más allá de cierta irritación que me generó esa máquina de reir, de hablar (y de hacer el ridículo) que compone Hawkins (ganadora del premio a la mejor actriz en Berlín, del Globo de Oro y de decenas de otros galardones por este trabajo), admito que Leigh es un verdadero maestro en lo que hace y que La felicidad trae suerte fluye con la misma alegría y liviandad de sus personaje protagónico. Veremos si es capaz de contagiar esos sentimientos, esos estímulos positivos, a un público argentino que siempre parece necesitado de este tipo de propuestas. Un film -cabe aclarar- no apto para espíritus cínicos". *** y 1/2. (Diego Batlle, Otros cines).

"El estilo de vida de la protagonista puede ser interpretado desde dos puntos de vista distintos; por un lado, es una enseñanza dotada de una potencia subversiva que se opone a una sociedad cínica y malhumorada en la cual la única manifestación de alegría e inocencia queda reservada para una edad determinada -ubicada cómodamente en la infancia-; por otro lado, puede interpretarse como el único reducto disponible por donde la docente pretende “escapar” de dicho sistema". **** (Gabriela Puente, Leedor).